VICTORIA 1 A 0 CONTRA LOS PUTITOS DE VELEZ

 Una victoria muy esperada por todos los cuervos para seguir sumando para el proximo campeonato

Fueron 93’ de una película para el olvido y 11’ finales de un cortometraje tan insólito como apasionante, que tuvo la inesperada aparición del gran héroe de Boedo. Mientras Merlos se cambiaba el intercomunicador, peleaba con los bancos y revisaba la mano de De los Santos en el monitor del VAR ante la atenta mirada en el césped de más de ¡30 personas!, Néstor Ortigoza se ponía el traje que más le gusta, el que mejor le sienta.

Y una vez confirmada la pena máxima, llegó su momento: entró, utilizó su súperpoder desde los 12 pasos y en la primera que tocó, a los 58’ del segundo tiempo, la mandó a guardar y le dio un triunfazo agónico al Ciclón. Otra batalla más ganada, y van...

Ninguno de los hinchas y los futboleros que aprovecharon la tarde de ayer para ver un poco de fútbol -y que no se durmieron la siesta en el intento- imaginaron este desenlace. En medio de las ráfagas de viento, el frío y el sol que desapareció en medio del encuentro para darle el paso a la nubes y a la llovizna, el 0-0 parecía sellado

Pero el fútbol es tan simple que un desborde de Braida por la izquierda terminó en un anticipo de cabeza de Vombergar que estalló en el brazo derecho extendido del central de Vélez y que sacudió el tablero.

Como suele suceder, el reclamo de los jugadores del Ciclón fue instantáneo y generalizado. Y Merlos, que estaba bien ubicado, dejó seguir la acción a la espera de un llamado del VAR que nunca llegó por un corte en la comunicación.

Mientras el estadio era un hervidero y los protagonistas se le iban encima, el “no escucho, no escucho” del juez obligó a realizar algunos detalles técnicos en su brazo derecho. Recuperada la señal, Hernán Mastrángelo (sí, el mismo juez de Gimnasia-Boca) llamó a su colega y lo invito a que observe la acción. Y la imagen fue tan clara que no le quedó más que hacer la típica señal y marcar el punto penal.

En medio de los abrazos en las tribunas del Bidegain, Insua lo llamó y el cartel marcó el 20, ese número mágico que será eterno en la historia azulgrana. Y un día después de haber soplado las 37 velitas, el regalo fue único: se puso la cinta de capitán que le cedió Gattoni, encaró hacia el área con aplomo, acomodó la pelota y la ajustó bien pegadita al palo, haciendo estéril la buena estirada de Burián.

El Gasómetro volvió a estallar al ritmo de Orti. Los plazos se acortan, su futuro en el 2023 es una incógnita y después de la alegría frente a Huracán, el autor del gol más importante de la historia de Boedo, el que le dió la victoria en la final de la Libertadores 2014, recibió otro mimo que ilusiona a los hinchas con disfrutarlo un tiempo más

En medio de los abrazos en las tribunas del Bidegain, Insua lo llamó y el cartel marcó el 20, ese número mágico que será eterno en la historia azulgrana. Y un día después de haber soplado las 37 velitas, el regalo fue único: se puso la cinta de capitán que le cedió Gattoni, encaró hacia el área con aplomo, acomodó la pelota y la ajustó bien pegadita al palo, haciendo estéril la buena estirada de Burián.

El Gasómetro volvió a estallar al ritmo de Orti. Los plazos se acortan, su futuro en el 2023 es una incógnita y después de la alegría frente a Huracán, el autor del gol más importante de la historia de Boedo, el que le dió la victoria en la final de la Libertadores 2014, recibió otro mimo que ilusiona a los hinchas con disfrutarlo un tiempo más.

En el análisis crudo, a San Lorenzo le costó mucho ante un ordenado Vélez. Si bien dejó una mejor impresión en la primera parte con dos buenas llegadas de Barrios y Cerutti, Bareiro sólo se dedicó a luchar y el Perrito se cansó rápido. Eso sí, como ante el Globo, la línea de cinco, con Zapata como líder, brindó seguridad y Vélez estiró a 13 los partidos sin ganar en condición de visitante por la LPF y continúa sin triunfos en el Gasómetro desde 2014.

Aunque es muy complicado, las matemáticas todavía dan y el Ciclón, de continuar con esta racha hasta el final, no pierde la esperanza de clasificar a la Sudamericana. Y todo es posible con el Flash Gordo de Boedo siempre al pie del cañón...

les dejo el gol del ciclon