Llegó a inicios de 2015 como una apuesta a futuro, aún con el Patón Bauza como entrenador. Pasó Pablo Guede y también el primer semestre con Diego Aguirre. Recién con el uruguayo tuvo más continuidad en Primera como para pelear por un puesto. Y vaya si el Chimy Avila lo está haciendo: anoche, en el Pedro Bidegain, el DT se la jugó por él antes que por apellidos históricos como Romagnoli o Bergessio, cuando todavía el cero en el arco de Quilmes era difícil de romper.
Es que el entrenador charrúa lo mandó a la cancha y diez minutos más tarde, el Pocho Cerutti abrió la cuenta. Luego, con más espacios en el fondo Cervecero, el Chimy aprovechó su velocidad para ponerle picante al ataque cuervo y, cuando todavía no se había terminado de festejar el primer gol, encaró, enganchó un par de veces y definió pegadito al palo derecho de Rigamonti. “Son cosas que te
da la confianza, por suerte me salió bien”, dijo. Y claro, fue larga la espera para disfrutar de un momento así. “Necesitaba un partido como éste, hacía rato que venía buscando el gol y en la jugada anterior me la sacaron justo cuando iba a definir. Me voy muy contento porque convertir siempre da más confianza y es una manera de responder a las chances que me vienen dando”, se desahogó el pibe.
Pero había tiempo para más y Avila le puso el moño a su actuación a pura solidaridad. “En la última jugada estaba para definir, pero justo lo vi entrar a Nico (Blandi) y se la di. El necesitaba que se le abriera el arco... Esperemos que ahora la siga metiendo, je”, explicó sobre la jugada del último gol del Ciclón, en la que ganó en velocidad y metió la pelota al medio para que el goleador tuviera su tan ansiado grito.
LOS GOLES DEL CICLON
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