Si tapate la cara Quemero , son una Verguenza



El Ooole, ooole atrona desde donde viste el azulgrana, pero la pelota se la pasan los jugadores de Huracán, en su campo, y con el score clavado en un irremontable 0-3. Cuando el esférico deriva en Monzón y el arquero la patea a campo contrario, suena el ¡uuuh!, como si se tratara de un shot con peligro de gol. Inmediatamente, los parciales locales se aúnan en un "¡tiki tiki!, ¡tiki tiki!"...


De más está decir que toda la escena tiene fuerte contenido irónico, que hubo ooole, ooole propio para el Ciclón, sobre todo después del tercer gol, y que fue apenas una perlita del goce en continuado que el clásico le prodigó a los fanas de San Lorenzo. Un verdadero desahogo, que se encadena al triunfo en el derby anterior, ante el Rojo, y que busca otro eslabón el próximo domingo ante Boca. Porque la diferencia en el historial sube a 32 partidos. Porque la filosofía de Angel Cappa que el Globo abrazó se transforma en gastada, muta en un filoso triki triki.


Y los detalles les anexaron sabores a los paladares vencedores. La imagen de Rivoira pidiéndole a Eduardo Domínguez bajarle un par de cambios a las suelas cuando la bola corría entre botines locales. El hitazo, también clásico en estos casos, del "un minuto de silencio". O la certeza de que Pittana se apiadó del adversario, cortando el partido a los 45' 2", cuando ya en el cambio de botines de Migliore había advertido un tiempo agregado de no menos de dos minutos.

Tanta euforia convoca a la amnistía, después de un Clausura que venía colectando o incrementado antipatías. Sale Alfaro del campo tras un juego discreto y se lleva la ovación y un "u-ru-gua-yo" potente. Hasta Aureliano Torres, hombre que sabe de resistencias, despierta alaridos aprobatorios. Cambió la atmósfera con los resultados, con el perfil más sencillo de Méndez. La cohesión se nota en gestos, Leiva, antes mirado de reojo, es núcleo de abrazos. Germán Voboril deja la cancha llorando de emoción. El jueves, en casa de Campagnuolo, hubo asado para todo el plantel. Lo pagaron como multa el propio Leiva y Alfaro, protagonistas de un roce la semana pasada. Allí, un Ciclón reverdecido se juramentó cerrar ganador la tríada de clásicos. Ya llevan su sello el Rojo y el Globo. ¿Completará con Boca otro triki triki?

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