REPORTAJE A ROMEO

En contadas ocasiones alza la voz. Y generalmente dentro de la cancha. Por eso, escuchar a Bernardo Romeo, es escuchar un grito de gol. O dos. O casi 100. O, generalmente, aportar la reflexión en las buenas o en las malas, como voz de mando sin cinta de capitán, como líder puertas adentro, como el personaje que le torció la muñeca a su entrenador pero lejos, lejísimos, de jactarse por la batalla ganada, para la bocha, pivotea como en el borde del área y le devuelve una pared a Diego Simeone. "El Cholo está más tranquilo y le da tranquilidad al equipo. Después son decisiones personales lo que él hable con los dirigentes", frena el embate ante la consulta sobre el malestar previo al partido con Chacarita. Y responde, con su tono habitual, soslayando dos goles que lo catapultaron a la titularidad, como admitió el propio técnico de San Lorenzo después de consumado el doblete.



-Después de la derrota con River se habló mucho sobre la continuidad de Simeone, ¿cómo tomó el plantel esta situación?


-A nadie le gusta ese tipo de versiones. Pero lo importante es que el cuerpo técnico ya nos conoce a nosotros y lo importante es estar todos juntos. Por lo menos ésa es mi filosofía, hay que tirar para adelante por San Lorenzo, que es un equipo grande y muy importante como para no dar todo por esta camiseta. Creo que no había nada que demostrarle al cuerpo técnico. Yo no jugaba y siempre estuve a muerte con el técnico y con San Lorenzo.

-Todos remarcan la falta de contundencia como principal déficit, ¿son tus goles una revancha propia en ese sentido?
-No revancha, pero sí se consigue tranquilidad, para trabajar y para encarar los partidos de otra manera. Todos saben que fui al banco y no hubo ningún problema. Hay que tirar para adelante por esta camiseta, por San Lorenzo, por eso nunca bajé los brazos y el Cholo lo sabe.


Vaya si lo sabe (ver ¿No lo saca más?). Incluso, tanto el entrenador como los Cuervos todos están al tanto de que un Romeo con continuidad hace temblar los carteles con el countdown marcando los 100 tantos como meta. Pero él, cuándo no, lateraliza, enfría la pelota. "Ahora trato de pensar en volver a jugar y en agarrar continuidad. El año pasado la ansiedad me llevó a errar algunos goles por ese afán de llegar a los 100, así que no es momento de pensar en eso. Igualmente estoy contento porque me faltan cinco y me pone muy feliz", anticipa la jugada, pero quedando en offside. Todo bien, Bernie, pero el gol en la definición por penales con River de Uruguay no cuenta. "Sí, si es oficial...", puntea, sonriente, con una sonrisa que delata la felicidad que el goleador convierte en palabras. Que también tiene que ver con el romance renovado, con el amor de primavera, a poco del otoño, entre el ídolo y sus hinchas. Para ellos, la dedicatoria que estrecha lazos: "Sólo tengo palabras de agradecimiento para la gente de San Lorenzo. Me pide permanentemente, me apoya en momentos difíciles, en momentos buenos, y a mí me toca responderle. La gente sabe que no puedo jugar diez minutos y hacer goles. Ya no tengo 25 años. Pero cuando arrancás de cero, tenés más chances. Por suerte pude hacer dos goles y son dos más con esta camiseta, a la que quiero mucho".

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